En esta obra, Asimov ha escogido nuestro entero Cosmos para enseñar qué grande es lo grande y qué pequeño es lo pequeño. Por servirnos de un ejemplo, en "La escalera de la longitud" se mueve desde los átomos a los objetos perceptibles, de forma directa a través del tamaño humano hasta los árboles gigantes, dinosaurios, rascacielos, montañas, asteroides, satélites, desde los grandes planetas hasta el Sol y las estrellas. Hace lo mismo con el área, el volumen, la masa, densidad, presión, tiempo, velocidad y temperatura, equiparando estos conceptos desde los mundos físicos y biológicos como existen en todos y cada escalón de la escalera. De este modo, al medir una dimensión pequeña y de manera fácil abarcable, y multiplicarla a través de unos exponentes mayores y menores, nos enseña de qué manera apresar, al menos de manera intuitiva, el tamaño de nuestro Cosmos en sus proporciones. Por último, nos aporta todos esos aspectos de la dimensión en términos humanos para describir la dimensión de nuestra entendimiento individual y colectiva del tamaño del Cosmos en la Historia reciente. Los conocimientos científicos de Asimov carecen de fronteras y su enfoque, como siempre y en todo momento, resulta exquisito. Sus ejemplos en todos y cada peldaño son informativos y fascinantes. ¿Sabía , por servirnos de un ejemplo, que el hombre más alto conocido era un gigante médico de dos con setenta y cinco metros de altura, exactamente el mismo tamaño del mono más grande, Gigantopithecus (extinguido hoy día), que era normal a pesar de su talla? ¿O bien que el dinosaurio más pequeño conocido, Compsognathus, tenía seis decímetros de longitud, prácticamente el tamaño de un pollo? "La medición del Cosmos" formará un libro valiosísimo para todos y cada uno de los que no sean científicos y deseen entender en términos fáciles, de qué manera estos llegan a medir lo invisible y lo infinito