La nave de los locos el la segunda una parte de la "Trilogía de Chipiteguy", en las "Memorias de un hombre de acción". La trama se desarrolla al final de la primera guerra carlista y se estructura en 2 historias paralelas cuyos protagonistas son por una parte Aviraneta, que aparece ya como un maquinador total, mantenedor de complejísimas relaciones diplomáticas y tareas de espionaje desde distintos países extranjeros (no se olvide que en aquel enfrentamiento llegaron a intervenir en los dos bandos fuerzas polacas, alemanas, italianas, austriacas...) y por el otro lado, el joven Alvarito, que, desde Bayona, debe cruzar a España en pos de Chipiteguy, que fue secuestrado en la novela precedente. Una vez cumplida su misión, Alvarito vuelve a viajar a España, hasta Cañete, en Cuenca, en un caso así para hacerse cargo de su herencia. En la mitad de aquella geografía desolada y devastada por los efectos de la guerra, nos iremos encontrando con un desfile de tipos que tienen hasta enorme interés antropológico, mas sobre todo, con descripciones de las consecuencias bélicas de una notable ferocidad y relatos de los hechos más horribles con normalidad rutinaria. La nave de los locos comienza con un "Prólogo prácticamente doctrinal sobre la novela" en el que Baroja da la réplica aIdeas sobre la novela, de Ortega y Gasset. Baroja concibe la novela como "un género multiforme, proteico, en capacitación, en fermentación", que sería además de esto espéculo de la vida. Acostumbra a recordarse su conocida definición en la que asevera que la novela es un saco en el que cabe todo, "el libro filosófico, el sicológico, la aventura, la utopia, lo épico, todo completamente". Lo que une esos elementos tan dispares es la presencia de un personaje central que actúa como hilo conductor de la acción