Una novela que prueba la probabilidad del amor entre 2 personas tan diferentes y lejanas como 2 estrellas de diferentes constelaciones. El estilo fácil, dulce y efectivo de Elena Castillo vuelve a cautivarnos y a conquistarnos de nuevo. Imposible no adorarla. Un caso más de la buena salud de la romántica New Adult en este país. Elena Castillo tiene la calidad de autoras best sellers internacionales como Colleen Hoover o bien Leah Raeder. Tras la peor noche de su vida Vera Gillis va a deber aceptar las consecuencias de sus malas resoluciones y también irse de la cosmopolita Universidad de Fordham (N. York) al último rincón perdido de Alabama. Acogida por un viejo matrimonio sureño considera que va a contar los días como condena hastiada en un porche blanco tomando té dulce y mirando el horizonte alén de las plantaciones de soja, mas los entrometidos habitantes de Abbeville tienen otros planes para ella y con su particular estilo dirigirán sus pasos cara el muchacho de la Estándar Oil. Todos en el pueblo conocen a Ben Helms, de un modo o bien otro todos le deben algo o bien lo han necesitado alguna vez. Saben que está metido en un laberinto de números y que no halla la salida. El planeta siempre y en todo momento ha ido demasiado lento para su psique fantástica y la vida lo sostiene atrapado en exactamente el mismo sitio de tal forma que solo es capaz de escapar cuando mira al cielo. La probabilidad de que los dispares mundos de Vera y Ben colisionaran era baja y la posibilidad de que sus respectivos planes se complicaran al enamorarse era elevada. No obstante, se va a ver atraído por lo irracionales y volverá a exponerlo todo de nuevo, aun su corazón. Al fin y al postre, 2 estrellas diferentes pueden pertenecer a una misma constelación