"No es el título de una película espectacular; "La historia de la República nunca contada" es un subtítulo que solo desea expresar lo que pretende ser este libro: una historia fácil de la Segunda República de España, fácil mas de manera profunda vivida por el creador en su niñez, documentada después por el propio autor durante su vida hasta el día de hoy. Pues el primer libro y el primer documento que llegó a la entonces mínima biblioteca infantil del autor eran de los años de la República; el último libro y el último testimonio que han llegado a la que el día de hoy es, seguramente, la primera biblioteca particular de todo el planeta sobre la Segunda República (65 años para reuniría) llegaron el día de ayer, y mientras que se escribe este libro van a venir otros; es una riada que no cesa. (...) Acá vamos a exponer la historia de la Segunda República de España, con fuentes reales, documentos genuinos y procedimiento histórico, no ensoñaciones falsas (...). Afirmé ya antes que el creador de este libro había vivido la historia que contará. Exactamente con el advenimiento de la República comienzan a clarearse mis recuerdos de niñez. Viví intensamente en mi hogar los acontencimientos del catorce de abril de mil novecientos treinta y uno, cuando mi abuelo Juan de la Cierva y Peñafiel era ministro en el último Gobierno del Rey. He visto desde el balcón del piso cuarto de mi casa, que da a la calle Felipe IV, el brillo de los incendios del once de mayo de mil novecientos treinta y uno. Desde la puerta del parterre, en el Retiro, vi de qué manera patrullaban por la villa de Madrid soldados del Ejército en el mes de octubre de mil novecientos treinta y cuatro, llevados por oficiales de complemento en vehículos particulares. Desde ese observatorio, ya antes de un par de años, vi pasar a don Manuel Azaña, que venía de ser escogido presidente de la República en el Palacio de Cristal. He hablado, detenida o bien fugazmente, con prácticamente todos los políticos esenciales de aquella temporada, monárquicos o bien rlicanos. Entonces, durante los años, he ido comprendiendo y estudiando todos aquellos acontencimientos que, naturalmente, no comprendía ya antes, ni poco ni mucho, salvo por conversaciones de los mayores. He palpado el odio y el temor que entonces sentían los españoles unos por otros; lo he percibido en mi casa, en la calle, al ir y venir del instituto"