Harta de su trabajo como directiva creativa de una famosa agencia de publicidad, la protagonista decide mudar de vida. Atrás quedan un planeta marcado por el culto a la imagen, las relaciones superficiales y el ansia de reconocimiento social, al lado del recuerdo obsesivo de un fugaz, mas intensísimo, episodio cariñoso que va a llevar a la protagonista a replantear, no solo su orientación sexual, sino más bien asimismo su concepción de la femineidad. Por delante, un futuro menos liberador de lo aguardado. Sola y en el paro, va a deber encajar las consecuencias reales de su resolución. Y va a deber hacer en frente de su incredulidad al descubrir que se está enamorando de una humilde vendedora de tornillos en la que jamás se hubiese fijado cuando era una orgullosa creativa satisfecha con su éxito y su status social. Una prosa atenta a los detalles y a la introspección sutil, conduce el relato cara los pormenores de una historia amorosa poco a poco más compleja, de una historia que, a través del deSeo, el compromiso y la soledad, transforma a sus protagonistas en seres felices y condenadas al tiempo. Esta novela, confirma a Pilar Bellver como una de las voces más cautivadoras de la narrativa de España moderna. Si en 24 veces descubrimos a una escritora en especial dotada para la interiorización y fabulación de la experiencia, en La vendedora de tornillos o bien El Tratado de las Ánimas Impuras hallamos a una prosista en plena madurez creativa, capaz de ofrecer una visión propia, íntima, del planeta. Pilar Bellver es una escritora deliciosa, con un talento deslumbrante, que se prodiga poquísimo y que vive, además de esto, de manera voluntaria alejada de los mundos a los que esta novela se refiere y todavía más alejada de los círculos literarios frecuentes