

Richard Hannay era joven, era rico y se aburría
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Richard Hannay era joven, era rico y se aburría. Y cuando por puro tedio escuchó la extraña historia que le contaba su vecino del piso superior, no se imaginó que terminaba de meterse en una trampa infernal, y que debería desentrañar el misterio de los treinta y nueve peldaños si deseaba salvar a Europa de una intriga siniestra y librarse mismo de una muerte segura. Buchan, que fue jefe del departamento inglés de Información a lo largo de la Primera Guerra Mundial, supo entremezclar de forma sabia la invención y la intriga con el conocimiento real y directo de temas de espionaje. Su sentido de la atmosfera y de la puesta en escena, sus ocurrentes historias y su habilidad para la intriga le transforman en un predececesor directo de autores como Graham Greene y John le Carré