Los Hombres de la Historia N°3 Leonardo da Vinci – J Guillerme El genio de Leonardo de Vinci artista espectacular, ingeniero profético – da de las mejores ilustraciones de la mentalidad renacentista, autora incansable de modelos y de esquemas mediante los que se esboza ya el semblante del nuevo planeta técnico y también industrial. Como sus contemporáneos, Leonardo no se contenta con profesiones de fe: aborda decididamente el dominio de las realizaciones con el entusiasmo de toda experiencia en sus principios. Y pues, de alguna forma, como hombre del Renacimiento, es el objeto de su más alta ambición, desea hacerse a sí mismo a través de la entendimiento universal de todas y cada una de las cosas y de su naturaleza. De allá la aspiración a convertirse en una enciclopedia viviente, su curiosidad alarma, su permanente busca de nuevos campos del conocimiento y de la expresión. Empresa digna de Prometeo y que no conoció el éxito en la medida de sus esperanzas, pues, si bien contenidos, los mitos viejos aún continúan en la conciencia y el sabio de la temporada – Leonardo inclusive – no ha franqueado, como supone, las tradiciones, prejuicios y supercherías. Resulta bastante difícil el día de hoy hacer justicia a las formas del pensamiento y del saber del Renacimiento, en tanto sus categorías no son las del alegato racionalista. Es necesario admitir que estamos frente al límite de 2 mundos intelectuales, frente a un instante de “ambigüedades” en que los viejos sistemas no han desaparecido totalmente y una sociedad nueva pelea por nacer. Ebrio por una libertad recién descubierta, el hombre hace de la curiosidad su virtud central, mas le faltan los medios imprescindibles para ponerla en funcionamiento y, antes de nada, un lenguaje y un procedimiento. De allá que su audacia no sea nunca total y sus descubrimientos, incluso los más proféticos, deban aguardar aún largo tiempo una justificación positiva, hasta el instante en que se cuente con una nueva evaluación de la condición humana