Los 7 hermanos es la obra literaria finesas por excelencia y Aleksis Quivi es considerado como el padre de las letras finlandesas. No obstante, en el instante de su publicación, la novela no tuvo una buena acogida por la parte de la crítica. La obra había sido escrita en finlandés y no en sueco, que era la lengua letrada del instante. Además de esto, trataba sobre la vida de unos simples campesinos, en un ambiente rural, y la sencillez y el realismo de sus temas no fue del agrado de las elites intelectuales. Esto último no deja de ser curioso pues Los 7 hermanos apareció publicada en mil ochocientos setenta, cuando el realismo ya era una corriente más que asentada en prácticamente toda Europa. De tal modo que se puede decir que la novela fue asimismo vanguardista en introducir el realismo en Finlandia. La novela cuenta la historia de los 7 hermanos de Jukola, 7 jóvenes que, al fallecer su madre, deciden desamparar su granja natal para irse a vivir a los bosques. Los jóvenes tienen un carácter indomesticable y rebelde y los encontronazos con sus vecinos, sumados a su incapacidad para admitir las reglas que la sociedad impone, les decide a emprender una vida independiente y solitaria. En el bosque, los 7 hermanos edifican una cabaña y viven de la caza, mas su falta de previsión y su carácter destemplado les meten en líos una y otra vez. En todos y cada ocasión, los hermanos prometen corregirse, mas jamás tardan mucho en regresar a las andadas. Por último, tras una década de rodar por los bosques y de muchas experiencias, los hermanos terminarán por escarmentar y sentar la cabeza. Jóvenes y robustos, los hermanos van a levantar una próspera granja y van a llegar a transformarse en pilares de su comunidad. Por la forma de ser de sus protagonistas y por las mil peripecias que les suceden, Los 7 hermanos es una novela preñada de un sentido del humor sano y fácil. La forma en que se retrata la relación entre los hermanos las afinidades entre ciertos de ellos, la manera en que se establecen coaliciones o bien la manera en que el conjunto se percibe a sí mismo y a cada uno de ellos de sus miembros es por completo fiel y da fe de las buenas dotes de observación de Quivi. Cualquier lector miembro de una familia abundante va a reconocer ese cariño algo malévolo con el que acostumbran a tratarse los hermanos jóvenes que viven bajo exactamente el mismo techo. Pese a todos y cada uno de los fallos que cometen los hermanos, pese a que habitualmente se muestran violentos o bien intemperantes, el libro nunca se muestra moralizante. Ni tan siquiera cuando los hermanos de Jukola deciden al fin portarse y abandonan su vida irredenta. La virtud de la narración está en no juzgar nunca a sus protagonistas, limitándose a describir las aguas procelosas del ánima humana