"Si hubiese que escoger una palabra para describir esta novela, indudablemente sería "envolvente". Hace sentir que se es parte de la gesta épica en la que Merlín recorre el Imperio romano." SF Book Reviews El Imperio romano de Occidente es atacado. Las hordas capitaneadas por Atila ya han llegado hasta las tierras de la vieja Galia, y dejan a su paso el pánico, la muerte, la destrucción. Nada ni absolutamente nadie ha podido detenerlas. Mas un general romano, un rey visigodo y un caudillo franco, ya antes contrincantes y ahora aliados, aguardan para presentar la última batalla. A ella asiste Myrddion Merlinus, que se fue de Britania en pos de conocimientos y, sobre todo, de sus genuinos orígenes. En estos convulsos tiempos y malévolos, de intrigas y traiciones, sus dotes de sanador y su don para la premonición se revelarán una valiosa pieza en el juego de demandar los restos de un imperio escindido y en decadencia. VIAJERO, SANADOR, PROFETA... LA HISTORIA DE MERLÍN CONTINÚA. Deseoso por acrecentar sus conocimientos de curación y incitado por la posibilidad de hallar a su padre, Myrddion Merlinus abandona su tribu y la isla que le vio nacer. Desembarca en un continente sumido en el caos, donde las diferentes facciones que estaban disputándose los restos del Imperio romano de Occidente se han visto obligadas a unirse contra el invasor procedente del este. Flavio Aecio, el general romano que luchó en la batalla de los Campos Cataláunicos, Atila el Huno, el caudillo franco Meroveo, el rey visigodo Teodorico, el emperador Valentiniano III y su frontal oponente, el miembro del Senado Petronio Máximo... Las grandes psiques militares y políticas de la temporada, hombres fieles solo a sí mismos, van a cruzar sus destinos con el joven viajante a lo largo del largo periplo que le va a llevar hasta Constantinopla. Mas ni las espadas en el campo de batalla, ni las tormentas en el mar ni el capricho de los gobernantes van a ser lo único a lo que Myrddion deba enfrentarse. En ese planeta violento y en ruinas, descuidado por sus habitantes, azotado por las enfermedades y la muerte, quizá sus peores contrincantes sean, realmente, su habilidad como sanador y ese don de la premonición que le tortura