Nancy es ya doctora y se ha casado con Laury, un rico y atlético estudiante, que ha ido adquiriendo estrellato en la serie. Figura emergente en la galería de personajes senderianos, carácter incrédulo, risueño hasta el cinismo, con un sentido de la trascendencia y la religiosidad muy afín al del autor, aparece ahora con rango de coprotagonista. Él es el Bato Orate. Nancy se casa con Laury por el rito unitario de la iglesia de Michaelis Servetius (Miguel Servet), autor de la obra De Trinitatis erroribus (guiño aragonesista). Ella no le solicita a él una boda civil ordinaria, que le daría derechos sobre la suerte del joven, ni le demanda pureza inmaculada a ella (Nancy le confiesa que tuvo un amante en Sevilla). Deciden ir a la capital andaluza en viaje de novios, pasando ya antes por París y Mallorca. Nancy tiene ciertas prevenciones frente a la idea de regresar, mas Laury, viajante implacable, estudioso de la antropología, no conoce la zona y deciden venir. En América se quedan el maestro Blacksen, con su melancolía de emigrado y sus recuerdos de la resplandeciente juventud de la estudiante, y el maestro Sender, con el que se carteará la doctora, contándole sus andaduras ibéricas. Sender se presenta nuevamente como simple editorcorrector de la novela. Esta entrega recobra el humor, estilo epistolar y personajes de la primera: Curro, Quin y el duque. Aparte de entretenida, la obra caracteriza con detalle a un nuevo actuante, Laury, práctico y experimentado. Al Laury viajante, conocedor del el país nipón, Asia y África, ofuscado con la Atlántida, le faltaba todavía descubrir la mágica Sevilla, con sus gitanos, sus misterios y sus duendes. Laury escribe en un diario unas notas epigramáticas que podrían atribuirse al mismo Sender, afines a las que aparecen en las obras