No Somos Los Primeros Andrew ThomasAndrew Tomas (veintitres de junio de diecinueve millones sesenta y dos mil uno) era un ufólogo, masón y autor. Contador de profesión, Thomas fue nombrado a la situación del observador oficial de la ciudad de Sydney para la oficina australiana de platillo volador (AFSB) tras reunirse con el creador de AFSB, Edgar Jarrold.Tomás nació en la ciudad de San Petersburgo, Rusia y en mil novecientos once, la familia se trasladó a Helsinki, Finlandia, donde su padre trabajaba como ingeniero civil en el Ministerio del ejército y la armada.En mil novecientos doce familia Tomas se trasladó a Vladivostok y después, en ciento noventa y dos mil doscientos veintitres, a Harbin, Manchuria y Thomas fueron a la escuela en una escuela de misionero metodista inglés para aprender mecanografía y también inglés. En mil novecientos veinticuatro, la familia de Thomas se mudó a Shanghai una vez que Thomas se graduó de la escuela secundaria.Tomas vivió en China a lo largo de veintiuno años hasta mil novecientos cuarenta y ocho, cuando se trasladó a Australia.Tomás fue miembro de 32º y último amo de la Logia Masónica de la ciudad de Shangahi y un oficial del rito escocés. Él trasfirió su pertenencia a Australia.Hay patentizas palpables de avances en tecnología imposibles en la Antiguedad, objetos inquietantes han sido fechados con Carbono14 ya antes de la prehistoria. Por ejemplo: elementos metálicos en tiempo precedentes a la edad de hierro, difíciles procedimientos quirúrgicos en la edad de piedra, formas de iluminación artificial hace más de cuatro mil años, los expepcionales conocimientos astronómicos y geográficos de etnias tan viejas como los Persas, los Caldeos, o bien los Egipcios, relatos de aviación, robótica y guerras nucleares en los Viejos Libros Sagrados de la India, China y Mesopotamia, un viejo y organizado estado socialista en tiempo de los Incas, conocimientos sobre las partículas atómicas y la física cuántica en la Vieja Grecia, las incontables leyendas sobre transmutación de metales en la edad media y el renacimiento, ingeniería hidráulica ya antes de la temporada de cristo, pequeños instrumentos mecánicos encontrados en estratos geológicos imposibles, megaconstrucciones y tallas cuya fabricación habría requerido de tecnología laser en la edad de piedra, bloques enormes que requerirían para su transporte una compleja maquinaria en los viejos imperios de Egipto, Maya, y también Inca, la muy, muy antigua urbe de MohenjoDharo. Son estos ciertos avances que de ser cierto sugieren preguntas desgarradoras: ¿Venían estos conocimientos de alguna civilización como la Atlante o bien la Lemuria?, ¿Fueron quizás traídos por visitantes extraterrestres?, ¿Fueron los viejos dioses de Egipto, Mesopotamia, India, China y América precolombina extraterrestres civilizadores? ¿Hace cuanto está verdaderamente el hombre civilizado sobre la tierra, miles o bien quizás millones de años? El lector deberá enfrentarse a las patentizas para sacar sus conclusiones. Quizá no somos los únicos en el cosmos, y quizá hace mucho que nos visitan