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La llamada noche obscura consta de 2 fases
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La llamada noche obscura consta de 2 fases. La primera es una fase activa que se llaman "noche activa de los sentidos", en la que, por su parte se pueden encuadrar, la llamada noche activa de las potencias. La segunda fase, es pasiva, y se llama "noche pasiva de los sentidos", a lo largo de la que, el ánima tiene una actitud pasiva, puesto que es el Señor el que toma la iniciativa. Es acá en esta fase, donde el ánima consigue la experiencia de la unión con Dios. En la primera fase en la activa de los sentidos, es el ánima la que lucha para mejorarse y librarse de sus faltas y pecados. Este es el camino que el ánima tiene que continuar, para pasar de la llamada lucha virtuosa, a la mística, donde el ánima alcanza la perfecta contemplación. La fase que acá nos interesa examinar, es exactamente la llamada, noche o bien fase activa de los sentidos. Terminada esta empezará la llamada fase pasiva de los sentidos. En esta primera fase activa, el hombre debe fallecer al pecado. Puede ofrecerse para ser crucificado, mas no puede crucificarse a sí mismo, por mucho que el ánima se asista no puede activamente purificarse, tal y como explica Edith Stein. Cuando la noche activa ha empezado, debe llenarlo la noche pasiva, esto es, exactamente el mismo Dios la completará, por el hecho de que cuando el ánima abandona el gusto de las cosas de este planeta, siente algo de esta forma, tal y como si el suelo le faltase bajo sus pies. Mas no es esto lo que pasa, sino en verdad quedamos asentados sobre un camino más seguro, si bien lúgubre y envuelto en la noche: el camino de la fe. Es el camino que conduce a la meta, de la divina unión