

El versista francés Hables Baudelaire (dieciocho millones doscientos once mil ochocientos sesenta y siete) fue el primero en aplicar la expresión "Paraísos artificiales" la tomó de una tienda de flores artificiales de la ciudad de París a la experiencia del planeta creado por el opio y otras substancias psicotrópicas
Envío GRATIS a tu correo electrónico o mediante enlace de descarga
Si eres escritor y quieres publicar tu libro o si crees que infringieron tus derechos de propiedad intelectual contactanos Aqui.
Por ser contenido digital no se aceptan devoluciones salvo en algunas excepciones, conoce más en el siguiente enlace: Envios y devoluciones.
El versista francés Hables Baudelaire (dieciocho millones doscientos once mil ochocientos sesenta y siete) fue el primero en aplicar la expresión "Paraísos artificiales" la tomó de una tienda de flores artificiales de la ciudad de París a la experiencia del planeta creado por el opio y otras substancias psicotrópicas. Partiendo de "Las confesiones de un comedor de opio inglés", de Thomas de Quincey, al que en parte traduce, Baudelaire hace una suerte de tratado semifilosófico y semicientífico sobre la naturaleza, el empleo y los efectos del kif, que entonces procedía de Oriente y ofrecía ese aliciente romántico de exotismo y ebriedad. Sin arredrarse frente a las conclusiones, multiplicando los puntos de vista, Baudelaire examina de manera sistemática todos y cada uno de los aspectos del consumo del kif, desde el lado fisiológico y psíquico hasta el lado moral; y si bien aporta una total soltura, como moralista sensible al prestigio del mal y del malditismo, distingue los diferentes pasos de esa ebriedad que desemboca en un futuro lleno de amarga desilusión: una necesidad de remordimiento y de alegría, de deSeo y de abandono, de demanda y de pureza. Aparte de la lucidez del análisis, de su rigor, de la limpidez del estilo, "Los paraísos artificiales" ofrece una muestra de calidad de una inteligencia extraña que interpreta las experiencias más diferentes con un tacto ejemplar