Existen múltiples caminos para adentrarse en el conocimiento de una disciplina. De hecho, lo más tradicional es partir con precisas revisiones históricas. Otro es identificar los temas relevantes y presentarlos en términos metódicos, incluyendo la información amontonada a ese respecto. Partir de los procesos propios de la disciplina es asimismo un acercamiento interesante, y todavía resulta válido aceptar un acercamiento crítico que deje problematizar de manera conjunta con el avance del texto, en torno a su historia y contenidos. El libro que nos presenta el Maestro Enrique Barra ha sabido sintetizar todos estos caminos, para presentar la PSICOLOGIA SOCIAL desde todos estos ángulos y facetas. El primer elemento resaltable de la obra se encuentra en una Bibliografía que cubre desde los orígenes hasta los aportes más recientes, garantizando un conocimiento esencial y acabado de una disciplina de las Ciencias Sociales que ha entregado, en los más o menos noventa años de su historia, aportes y contribuciones de altísima relevancia. En este plano, es digno de resaltar que la Sicología Social desde sus orígenes ha sido concebida como un campo de investigación y de estudio preferiblemente académico, dejando sus aplicaciones a quienes cultivan otras ramas de las Ciencias Sociales y Humanas. En este sentido es válida la aseveración de Rodrigues (mil novecientos ochenta y siete) cuando mantiene que “A los Sicólogos Sociales no les toca dedicarse a la aplicación del conocimiento que producen, como al físico no le cabe edificar puentes ni al fisiólogo tratar enfermedades”. Como ciencia básica que es, la Sicología Social ha centrado su preocupación en la investigación preferiblemente experimental de procesos esenciales en el diálogo entre el hombre y su ambiente. Este diálogo es el que ha tolerado a los Sicólogos Sociales franceses delimitar a la Sicología Social como una ciencia “Carrefour”, esto es, de las convergencias de los aportes venidos de la Antropología, Sociología, Economía, Historia y otras ramas del saber, respecto de las modalidades, estilos y orígenes de conductas humanas concretas. Si se quiere, pretenciosamente, podemos mantener que esta disciplina aspira a reconstruir el objeto central de la ciencia, esto es el HOMBRE, amontonando múltiples visiones que al integrarse le dan sentido al conocimiento. El hombre biológico, el histórico, el económico, el sicológico entre otros muchos, solo dan cuenta de una porción de esta “torta”. Desde la Sicología Social que pone al centro al hombre, es posible una visión integrada, compleja y al tiempo significativa