Reflexiones para la vida Jaime Maristany Cuando presenté mi último libro “Crítica del tiempo que he vivido, mitos y mentiras”, Jose Luis Rodriguez Pagani se opuso a mi pretensión de que ese libro cerraba una etapa de pensamiento, de igual manera que “Recursos Humanos” o bien “Tratado de Recursos Humanos” había cerrado el tiempo del pensamiento sobre ese tema. Otras personas apoyaron su situación. Días después conversando con Marta Menéndez sacó el tema y me afirmó que realmente había tenido una vida bien interesante y que podía redactar sobre ella. Mi contestación a la tentación autobiográfica es que toda biografía escrita por el interesado va alén de la subjetividad que puede tener una opinión, en último término es un juego de luces y sombras mostrando lo que se quiere que se vea y ocultando lo que no se quiere que sea apreciado. Mas allí brotó la idea de este libro. Yo nací a meses de iniciarse la guerrra, he viajado huyendo los 3 primeros años de mi vida, he vivido en la posguerra con cartilla de racionamiento para comer y con poca luz para poder ver, a los once años me transportaron a Argentina. Tuve una adolescencia reprochable, me recibí, conocí a una mujer inusual que tuve la fortuna que se enamorase de mi y con la que compartí 51 años. A lo largo de ese tiempo tuvimos 3 hijas y puse en práctica el modelo de empresa que tenía en psique y pude ver como lo destrozaban. Durante mi vida fui empleado, fui consultor, tuve un buen pasar y fui pobre, mi casa se llenó de amigos y quedo vacía, he tenido éxitos y descalabros, viví para Marta en sus 4 años de enfermedad que acabó con su ida, he quedado solo. Todos estos temas no son solamente míos, sino más bien de bastante gente. Sobre ellos deseo meditar esto es “considerar nueva o bien pausadamente algo”, conforme el diccionario de la Real Academia en su 22° edición. Mas deseo hacerlo con cada uno de ellos de quienes tengan la paciencia de proseguir estas Meditar contigo lo que no es únicamente mío sino más bien asimismo tuyo o bien de alguien próximo a ti. Pues la reflexión que queda en uno, que no se muestra, es un acto ególatra que muere en ese escondite. Y el interrogante final del titulo “¿a fin de que sirve?” es una cosa que ya he dicho en “Elige tu vida”: cada uno de ellos de nosotros en todos y cada acto de su vida está tomando una resolución. Esto puede ser algo automático siguiendo costumbres aprendidas, puede ser el seguimiento del proceso tradicional de “definir el problemabuscar datosidear variables examinar consecuencias” o bien puede ser un simple acto instintivo. Puede acontecer asimismo que no se tome ninguna resolución. Es considerablemente más frecuente de lo que creemos. La mayor parte de las personas tendemos más que a tomar una resolución sobre un hecho a dejar que las cosas ocurran. Alguien está tomando la resolución por nosotros si bien no nos demos cuenta. Lo vamos a ver en múltiples casos. Para finalizar soy consciente que ciertas cosas que afirme son el día de hoy obvias, si bien no lo eran hasta hace poco. Es prácticamente imposible no charlar sobre algo que no haya dicho alguien alguna vez