La imagen sumamente negativa de los sofistas que ha prevalecido en la tradición de la historia de la filosofía, y de la que Platón es el máximo responsable, ha sido matizada y hasta rechazada por muchos estudiosos modernos, que han puesto de relieve la relevancia de estos maestros de oratoria y pensamiento del siglo V antes de Cristo El nombre genérico no designa una escuela filosófica, ni tan siquiera un movimiento unitario, sino más bien una línea de renovación pedagógica, de manera frecuente calificada de ilustrada o bien universal, que preparaba a los ciudadanos atenienses para desenvolverse en la vida pública, a través de alegatos y argumentos. Los sofistas ofrecían, en vez de la educación aristocrática tradicional, una capacitación intelectual sistemática, una enseñanza privada y un plan de estudios completo preciso en la cultura democrática. Cobraban por darlo, algo insólito en la sociedad griega, en la que lo común era que el individuo se formara en el seno mismo de la urbe, sin intermediarios: de ahí que se les recriminó vender falsa sabiduría a quien pudiese pagarles y rebajar la virtud en cuestiones morales y políticas a cálculo pragmático de logros y ganancias. Entre estas 2 valoraciones opuestas (maestros para la vida democrática en la pólis o bien instructores mesnaderos de enseñanzas superficiales y deformadas), es posible acotar los temas esenciales de la enseñanza sofística: el estudio del lenguaje (desde la filosofía del lenguaje hasta la reflexión gramatical), el dominio de la oratoria, la acción y la eficiencia política, las relaciones entre el campo de la naturaleza y el de la cultura, el cuestionamiento sistemático de todas y cada una de las creencias y opiniones tradicionales, la aseveración de la independencia intelectual con un talante experimental y incrédulo, aun positivista. Este volumen reúne los fragmentos que nos han llegado de los primordiales representantes del movimiento sofístico: Protágoras, Gorgias, Licofrón, Pródico, Trasímaco, Hipias, Antifonte, Critias, preservados frecuentemente indirectamente, en citas de otros autores (desde Platón y Aristóteles a Jenofonte, Plutarco, Cicerón y demás representantes de la enorme tradición grecolatina). El volumen incorpora aparte de semejantes citas, textuales o bien no, las valoraciones que estos escritores hicieron de los sofistas, lo que permite conocer dentro de lo posible no solo qué aseveraron ciertamente estos, sino más bien asimismo sus efectos y repercusiones en la literatura y la filosofía tradicionales