En torno al tópico: "Quizás eso sea adecuado teóricamente, mas no sirve para la práctica" representa, indudablemente, un punto de cambio en la filosofía práctica de Kant, puesto que es acá donde por vez primera se aplican al terreno político las premisas esenciales del formalismo ético, teoría ética que modela su doctrina jurídica. Sus 3 apartados remiten continuamente al resto de su obra, tanto precedente como siguiente. De esta forma, el primero resume sintéticamente los temas primordiales de la Fundamentación de la metafísica de las costumbres y de la Crítica de la razón práctica, abordando al tiempo determinados inconvenientes que van a ser tratados con meticulosidad en la Doctrina de la Virtud. En el segundo se diseñan los elementos estructurales que articularán los Principios metafísicos de la Doctrina del Derecho. La tercera sección traza las líneas maestras de La paz perpetua recreando las categorías operativas de su filosofía de la historia, o sea, el razonamiento de Idea de una historia universal en clave cosmopolita. Por otra parte, el opúsculo Sobre un supuesto derecho de engañar por filantropía cobija el ejemplo más representativo de un rigorismo jurídico que se hubiese hecho legendario con el rechazo sin paliativos del derecho a sublevarse contra las tiranías. "Ningún Estado se encuentra seguro en frente de otro respecto de su independencia o bien patriotismo. Por esto solo hay una solución: instituir un Derecho internacional fundado en leyes públicas represivas a las que todo Estado tendría que someterse. Puesto que una paz universal y durable conseguida merced al llamado equilibrio de las potencias en Europa es una simple quimera, equiparada a esa casa de que nos habla Swift, tan a la perfección construida por un arquitecto técnico de conformidad con todas y cada una de las leyes del equilibrio que, al posarse un gorrión encima, se cayó de forma inmediata."