Testimonios para la iglesia, Tomo 1 Elena G. de White Los 9 tomos de los Testimonios para la Iglesia(Atestigües for the Church) han sido muy valiosos y de gran repercusión para el pueblo de Dios por medio de su historia. En verdad, los Testimonios fueron escritos al son de la vida del pueblo de Dios y forman prácticamente la historia de su desarrollo espiritual, doctrinal, misionero y organizacional. Los Testimonios empezaron a escribirse en mil ochocientos cincuenta y cinco y la serie se completó en mil novecientos nueve, o sea, engloban las primeras 6 décadas de vida de la iglesia: la etapa de su fundación y consolidación. Tal vez es en los Testimonios donde se percibe mejor la función del don profético. En esta serie se halla, más que en ninguna otra, la función y el ministerio de los auténticos profetas de Dios: reprender, estimular, guiar, consolar, edificar, amonestar y instruir al pueblo de Dios; más que hacer pronósticos o bien pronosticar sucesos futuros. Historia—Los Testimonios empezaron a escribirse en mil ochocientos cincuenta y cinco, como ya se afirmó, por el hecho de que los líderes de la iglesia procuraban la manera de hacer circular las visiones de la mensajera del Señor. Tras discutir el tema acordaron publicarlas en forma de tratado para repartirlas entre el cuerpo de fieles. Fue como nació el primer Testimonio para la iglesia, un documento de Este procedimiento de publicar y repartir las visiones y consejos de la Sra. White tuvo tanto éxito que en mil ochocientos cincuenta y seis apareció un segundo Testimonio de En mil ochocientos sesenta y cuatro ya se habían producido diez folletos afines, numerados en forma sucesiva. Estos no solo contenían consejos para la iglesia generalmente, sino más bien asimismo consejos concretos para individuos, puesto que la Sra. White comprendía que la instrucción dada a determinadas personas podría asistir a otras en circunstancias afines. Con el tiempo, los primeros folletos se agotaron. Mas la demanda proseguía, con lo que los reunió y mandó reimprimir en forma de libros encuadernados de forma más durable en mil ochocientos sesenta y cuatro, mil ochocientos setenta y uno y mil ochocientos setenta y nueve. Por último, en mil ochocientos ochenta y tres los líderes de la iglesia decidieron unificar los tomos de una vez por siempre. Como resultado, los tomos catorce de Testimonios para la Iglesia, salieron de la prensa en mil ochocientos ochenta y cinco. Estos 4 libros, que juntos suman más de dos. significaron una reimpresión (y edición parcial) de todo el contenido de los testimonios ciento treinta, y le dieron a la iglesia una compilación completa de los Testimonios publicados hasta mil ochocientos ochenta y ocho, aparte de un esbozo autobiográfico de ciende Elena G. de White al principio del tomo 1. Desde ese momento los 4 tomos han continuado en inglés sin cambios; la paginación ha continuado igual, y la tabla de contenido de cada tomo prosigue teniendo los Números y las datas de publicación originales. Mas la obra de Elena G. de White estaba lejos de finalizar en mil ochocientos ochenta y cinco. Conque en mil ochocientos ochenta y nueve apareció el quinto tomo de Testimonios para la Iglesia, el que incluía los Testimonios treinta y uno al treinta y tres. Entonces, en mil novecientos publicó las prácticamente quinientasdel Testimonio treinta y cuatro como tomo seis. Mas para entonces las cosas habían alterado considerablemente en el adventismo. El naciente movimiento de la década de mil ochocientos cincuenta había alcanzado la adultez temprana y no solo contaba con más miembros, sino más bien asimismo con un número creciente de instituciones. Además de esto, ya existían en los tomos quince, y en otros formatos, un sinnúmero de consejos de Elena G. de White sobre diferentes temas. Estas circunstancias alterables provocaron un cambio notable en el formato de los tomos sesenta y nueve. Por una parte, Elena G. de White no sentía la necesidad de reiterar consejos ya publicados en volúmenes anteriores. Además de esto, dada la gran cantidad de escritos suyos a lo largo de esos años, había que ejercer considerablemente más cuidado al escoger el material apropiado. Por último los libros fueron editados y diagramados considerablemente más esmeradamente, de forma que la tabla de contenido de los tomos sesenta y nueve refleja más un arreglo temático que cronológico. La serie Testimonios para la Iglesia se completó en mil novecientos nueve, con la publicación del tomo nueve. Una magna obra de más de 5 milllenas de “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad”. dos Pedro 1:3. Los adventistas de todo el planeta han expresado su deSeo de tener los Testimonios en su idioma desde el comienzo, mas los costos de traducción y publicación lo impedían. Como resultado, se han intentado hacer ediciones abreviadas de los 9 tomos sin perder ninguno de los puntos esenciales de su contenido. La compilación abreviada de más éxito es Joyas de los testimonios (Atestigües Treasures), publicada en mil novecientos cuarenta y nueve, en 3 tomos. Otro proyecto afín de abreviación resultó en Consejos para la iglesia (mil novecientos noventa y uno). Mas, en contraste a Joyas de los testimonios, este libro no se restringe a los Testimonios. Lo que procura, más bien, es suministrar una edición abreviada de los escritos de la Sra. White en un tomo, a fin de que se pudiese traducir en forma económica a otros idiomas. Otra línea de desarrollo que prosigue la tradición de los Testimonios fue la publicación de los 3 tomos de Mensajes escogidos en mil novecientos cincuenta y ocho y mil novecientos ochenta. En ellos, el Patrimonio White puso a predisposición de la mayor parte de los miembros de iglesia ciertos consejos más esenciales de Elena G. de White que ya antes resultaban inalcanzables. Historia de los Testimonios en español—La necesidad que la iglesia tenía de orientación y también inspiración fue el origen de los sacrificios para publicar los Testimonios en castellano. No fue hasta poco antes del año mil novecientos veinticuatro cuando la Asociación General aprobó un plan de publicar una selección de los testimonios en múltiples idiomas. El pastor William C. White, hijo de la Hna. White, y directivo del Patrimonio White, hizo una selección del material que debería ir en la serie de los Testimonios que se publicarían en castellano, alemán, francés y portugués. La serie se tituló Testimonios escogidos y se publicaron 5 tomos en castellano entre los años mil novecientos veinticuatro y mil novecientos treinta y siete. En el prólogo del tomo cuatro, los editores, la Casa Editora De Sudamérica, declararon: “Los líderes de la obra habrían deseado poder ofrecer a nuestras iglesias de habla castellana una traducción de la serie íntegra de 9 tomos, mas los gastos que hubiese entrañado una edición de tan elevado número depero reducido número de ejemplares habrían impuesto un costo de venta demasiado alto para la mayor parte de las familias. Por esto, y solamente por esto, optaron por una selección de los episodios primordiales, y de los que tuvieran relación más directa con los ramos de la obra y el progreso de las iglesias en general”. Aun la publicación de los 5 tomos de Testimonios escogidos fue una auténtica empresa editorial que tardó 13 años en completarse. No obstante, semeja que la idea no dio buenísimos resultados, quizás por el hecho de que no fue posible la publicación de los 5 tomos en los otros idiomas propuestos, por el hecho de que en mil novecientos cuarenta y nueve la empresa del Patrimonio White hizo una nueva selección de los 9 tomos de los Testimonios y los publicó en 3 tomos bajo el título Joyas de los testimonios (Atestigües Treasures), como ya mentamos. Empezaron a publicarse en castellano desde el año mil novecientos cincuenta y uno cuando salió a la luz el primer tomo de Joyas de los testimonios. De hecho, en el prólogo del primer tomo de Joyas de los testimonios, dice: “Ahora, merced a esta edición mundial de Joyas de los testimonios, estos consejos, que tanta repercusión ejercitaron, se hacen accesibles para los adventistas de todo el planeta. No obstante, solo ofertando una selección de los artículos originales es posible publicarlos en forma compacta, manuable y de extensa distribución”. Resulta obvio que los 5 tomos de Testimonios escogidos no habían conseguido hacer alcanzables los consejos que tanta repercusión ejercitaron en la iglesia de habla inglesa, puesto que la aparición de la nueva selección en 3 tomos la transformó en obsoleta y sustituyó la serie que dejó de publicarse y de circular en el año mil novecientos cincuenta. Los Testimonios para la Iglesia en español—En la segunda mitad del siglo veinte el movimiento adventista se había desarrollado tan extensa y firmemente en todos y cada uno de los países hispánicos, que publicar la serie completa de los Testimonios en castellano, más que una necesidad, había llegado a ser un imperativo ética. En mil novecientos ochenta y tres el Espíritu impulsó al pastor Juan C. de Armas, primer presidente de APIA, a que se embarcase en la gigante y costosa empresa de publicarlos en nuestro idioma. Como responsable de la frágil labor de la edición fue escogido el pastor Sergio V. Collins, genial escritor y articulista de reconocida competencia. Lo que estos 2 grandes hombres pusieron en marcha con tenacidad y esmero, ha debido superar muchos y no pequeños incidentes. Por la gracia de Dios, y fruto del esmero de muchos, se ha concluido la traducción y edición de los 9 tomos de Testimonios para la Iglesia en castellano, que al fin en dos mil siete se imprimen todos juntos coincidiendo con las bodas de plata de APIA, para hacer todavía más jubilosas las dos celebraciones. Una visión de conjunto de las peculiaridades primordiales de los Testimonios puede asistirnos a entender su importancia: