Testimonios para la iglesia, Tomo cuatro Elena G. de White Los 5 folletos que ahora forman el tomo cuatro de Testimonios para la Iglesia se extienden durante un periodo de 7 años, desde mil ochocientos setenta y cinco hasta mil ochocientos ochenta y uno. Fueron los últimos 7 años de la vida de Jaime White. La obra de la denominación había entrado en un periodo de veloz expansión. El pastor White y su esposa viajaban ampliamente y trabajaban infatigablemente en el ministerio público, en entrevistas personales y escribiendo. Luchaban con los inconvenientes de una obra institucional en expansión. El progreso de la misión en Europa era veloz. En mil ochocientos setenta y seis se mandaron otros obreros a fin de que se unieran al pastor Andrews. La extensa visión dada a Elena G. de White en Battle Creek el tres de enero de mil ochocientos setenta y cinco, que formó la base de una una buena parte de la primera mitad del tomo cuatro, llevó a una entendimiento mejor de la naturaleza mundial de nuestra denominación. En la costa del Pacífico, la obra de la denominación se desarrollaba de manera rápida. La gaceta Signs ofthe Times, que había empezado últimamente, fue puesta sobre una base firme, y en mil ochocientos setenta y cinco se abrió en Oakland la Pacific Press, nuestra segunda casa publicadora adventista, que pronto llegó a ser la casa publicadora más grande y mejor pertrechada que operaba en la costa del Pacífico. En el año mil ochocientos setenta y ocho, cerca de Santa Elena en el norte de California, abrió sus puertas al público el segundo sanatorio de la denominación. Con centros cada vez mayores para la obra de publicaciones, nos hallamos con una literatura que se desarrollaba de manera rápida, la que por fin del periodo del tomo cuatro incluía Thoughts on Daniel and Revelation, por Uriah Smith, History ofthe Sabbath por J. N. Andrews, y una cantidad de obras de menor relevancia que trataban de salud, temas religiosos, temperancia y temas de interés para los pequeños. Se establecieron planes para una distribución más sistemática de literatura con colportores empleados de una forma regular, que iban puerta por puerta para vender nuestros libros llenos de veras. Asimismo estaba en marcha un enorme movimiento de distribución de literatura sin coste por nuestros laicos, siendo el pastor N. S. Haskell el que dirigía la organización de la sociedad de tratados y la sociedad misionera. El tomo cuatro engloba la era de los grandes congresos campestres de los adventistas del séptimo día. Con la primera de estas asambleas que se tuvo en mil ochocientos sesenta y ocho, el plan había sido seguido con un entusiasmo cada vez mayor. En el espacio de una década difícilmente había una asociación local de un estado que no tuviese su asamblea anual cada verano. Se elegían bien los lugares y se hacía buena publicidad. Fue con relación a estos grandes congresos campestres adventistas cuando empezó un esmero concertado para informar de la obra de los adventistas del séptimo día en los jornales. Se esforzaron en hacer atractivo el sitio, suministrar buen comestible y presentar un mensaje locuaz. Las asambleas de 5, 6 o bien 7 días de duración, en los días de semana tenían una asistencia de ciertos cientos y cientos de adventistas y los fines de semana atraían a múltiples miles y miles de oyentes interesados no adventistas. El instante culminante de un interés de esta manera, fue en mil ochocientos setenta y seis, cuando en Groveland, Massachussets, un campo de la ciudad de Boston, el último día de la semana veintisiete de agosto se reunieron veinte mil personas en la asamblea campestre. Aquella tarde, la señora White se dirigió a 15 mil oyentes atentos. La obra de la temperancia asimismo desempeñó un papel preponderante a lo largo de los años que engloba el tomo cuatro. Los adventistas del séptimo día, con Elena G. de White como una de sus oradoras sobresalientes, fueron una de las organizaciones de vanguardia en la defensa de la temperancia. La manera práctica en la que trabajaron para hacer en frente de la ola de intemperancia, la narra la señora White en su capítulo “Experiencia y trabajos” que se halla en el centro de este libro. A lo largo de los años de la parte final de la década de mil ochocientos setenta hubo gran actividad en la sede central de la organización, en Battle Creek. El nuevo tabernáculo sucedió a la casa de veneración que se había quedado pequeña. Esta nueva iglesia, construida para acomodar las sesiones de la Asociación General, se la conoció como el Dime Tabernacle (Tabernáculo de los diez centavos), por el hecho de que se le solicitó a cada miembro a lo largo y ancho de todos y cada uno de los U.S.A. que contribuyese cuando menos con diez centavos para su construcción. Se construyó entre la oficina de la Review and Herald y el sanatorio, con la testera dirigida cara un precioso parque. Se levantaron y se pusieron en servicio edificios nuevos y ampliados del sanatorio. Aproximadamente por exactamente el mismo tiempo, la obra médica llegó a estar más de manera firme establecida cuando médicos preparados en especial para esta línea de servicio vinieron de las mejores facultades de medicina del país para ocuparse en esta esencial obra en Battle Creek. La gaceta denominacional sobre salud, Good Health, disfrutaba de la “circulación más extensa que tuviese cualquier gaceta de salud en los Estados Unidos”. La oficina de la Review and Herald había llegado a ser la “imprenta más grande y mejor pertrechada en el estado” de Míchigan. La obra del Battle Creek College, recién abierto, avanzó de manera firme, y para el año mil ochocientos ochenta y uno tenía una matrícula de prácticamente quinientos pupilos. Si bien a lo largo de esos años el pastor White y su esposa vivieron en Míchigan o bien en California, por ciertos meses los hallamos en Texas. Después, la señora White hizo un extenso viaje al nordoeste del Pacífico. Volvieron a reunirse en Battle Creek, Míchigan, en el instante de la muerte del pastor White, en mil ochocientos ochenta y uno. Estos son ciertos sucesos de los tiempos del tomo cuatro. Por medio de todo el libro hay mensajes de consejo y también instrucción que guardan relación con todas y cada una estas líneas de sacrificios que se estaban desarrollando de forma rápida. Mas el énfasis de la instrucción en este tomo de seiscientas cincuenta y sieteen inglés cae sobre la experiencia personal de los obreros y de los miembros de iglesia. Es cierto, la obra en expansión de una denominación que medraba velozmente, habitualmente precisó y recibió dirección y advertencias. Mas los temas de la administración fueron secundarios a la experiencia personal de los líderes y de los miembros de iglesia. La dirección de las compañías de la iglesia sería solo el funcionamiento de la maquinaria si la experiencia espiritual de los adventistas del séptimo día rechazaba al nivel de mero formalismo. La iglesia debía sostenerse pura, sus reglas elevadas, sus miembros activos en el servicio, y disfrutando a diario una experiencia personal en las cosas de Dios. Entonces, no es extraño que la mayoría del tomo cuatro deba ver con puntos prácticos como el “apetito”, la “disciplina familiar”, el “dominio de sí mismo”, la “rectitud en el proceder”, “el carácter sagrado de los votos”, los “casamientos antibíblicos”, “la sencillez en el vestir”, “el amor al mundo”, “la preparación para la venida de Cristo”, y un sinfín de otros temas vitales. Estos fueron ciertos mensajes que sirvieron para reformar, corregir y purificar la iglesia en aquellos primeros años. Debido a que el día de hoy los adventistas del séptimo día deben batallar con exactamente el mismo tentador y hacer en frente de exactamente los mismos inconvenientes y experiencias, es preciso que estos artículos inspirados sean leídos y releídos intensamente, y se preste atención a sus consejos y advertencias, a fin de que el propósito de Dios al mandarnos esta instrucción para encomiar y animar a la iglesia pueda lograr su cumplimiento. Los Fideicomisarios Del Departamento White