

No me preguntes por los afluentes más esenciales de la Península, ni por las ecuaciones de segundo grado, ni por las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique
Envío GRATIS a tu correo electrónico o mediante enlace de descarga
Si eres escritor y quieres publicar tu libro o si crees que infringieron tus derechos de propiedad intelectual contactanos Aqui.
Por ser contenido digital no se aceptan devoluciones salvo en algunas excepciones, conoce más en el siguiente enlace: Envios y devoluciones.
No me preguntes por los afluentes más esenciales de la Península, ni por las ecuaciones de segundo grado, ni por las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique. En cambio, recuerdo el intenso sabor del ColaJet de limón, la rugosidad de las costras en mis rodillas, la barriga de John Wayne en los westerns de Primera Sesión, la ansiedad por lograr chapas que no estuviesen dobladas o bien la alegría de ver a Santillana marcar un tanto. Recuerdo la forma precisa en que el aliento de mi padre olía a Soberano; y la oración preferida de mi madre: "¿Te piensas que soy el bancospaña?". Recuerdo que la dicha era el primer bocado del dónut en el recreo de las once. Quizás recuerdo todas y cada una esas cosas por el hecho de que están entrelazadas con el instante en el que descubrí al fin toda la verdad sobre las patrañas de mi familia. Yo debía tener once años, o bien tal vez diez, o bien quizás 12, el día en que papá vendó teatralmente los ojos de mamá con un paño de cocina y la condujo a ciegas al salón