Don José es hombre cincuentón y solitario que trabaja en la Conservaduría General de Registro Civil sumido en una vida rutinaria basada en un menester diario y monótono consistente en rellenar fichas de nacimientos y defunciones de una manera automática. De esta manera Don José ve su vida pasar cada día, desganada, sin prestarle atención ni hacer nada por evitarlo, metido en una oficina prácticamente en penumbra, gris, triste, de la misma manera que sus compañeros, fríos, vacíos. Entre tanta monotonía y soledad, Don José procura darle un tanto de color y alegría a la vida con un especial hobby; coleccionar recortes y fotografías de gente conocida que salga en los diarios y/o gacetas, así sean actores o bien actrices, vocalistas, escritores, modelos, obispos, pintores, etcétera De esta manera pasaba su tiempo libre en su casa, separada por una puerta (de la que tenía la llave ,aunque le estuviese terminantemente prohibido el paso) de la Conservaduría. Un día pasó por su cabeza la idea de llenar sus álbumes con nuevos datos provenientes de las fichas que había en los anaqueles al otro lado de la puerta cuyo paso estaba prohibido, mas ignorando esto, entró y cogió de esta manera ciertas fichas entre aquéllas que se transpapeló la de una mujer ignota para él, una mujer con una vida apacible y fácil como la de él, no obstante, Don José vio en ella algo singular que hizo que su vida diese un cambio radical. Sintió que le quedaba algo por hacer en la vida, que todavía no se había consumido totalmente.Salió a la calle y también comenzó una intensa busca de esta mujer, haciendo insesateces que jamás se creería capaz de hacer, superando sus temores, encontrándose a sí mismo, al José que tantos años vivió reprimido en una vida que sencillamente fluía por un río sin que nada lo desviase