Lissi Drum sueña con poder tener una familia. Un esposo y unos hijos que la amen y que juntos puedan vivir en una casa preciosa, rodeada de flores, en un pequeño bosque. Esa siempre y en todo momento ha sido la imagen que ve en su psique, de su porvenir. Mientras que su esposo trabajaba en su empresa, trabajaría en su peluquería, que podría hacer en su casa y de esa forma poder atender a sus hijos al tiempo. Su vida estaba planeada en su psique, mas lo que no sabe es que todo eso cambiará en el momento en que un día sin aguardarlo, llegue a su casa una carta viejísima, que no tiene expedidor, mas se dirige a ella. Esa carta la transporta a un sitio del que no sabe nada y de un instante a otro se halla en frente de una casa que semeja la de la familia Ingalls, con solo un sobre en las manos dirigida a un tal Mathías Taylor. Mathías, es un hombre duro, habituado a ver lo peor de la gente. Fue caza recompensas, solo ha visto dolor y violencia hasta el momento en que se salió de todo eso, adquirió un rancho y se casó con Emily su fallecida esposa que solo le dio amor. Él creyó que eso duraría para siempre hasta el momento en que quedó encinta de su segundo hijo y murió en el parto, dejándolo solo con 2 pequeños pequeños y una montaña de dolor en su corazón. Su vida ahora, es intentar sacar adelante su rancho con la ayuda de sus hombres y darles a sus hijos todo cuanto precisan, mas siente que no lo ha hecho bien con ellos. Sus hijos son 2 muchachos maleducados y traviesos, que le tienen temor. Prácticamente jamás charlan con él y ahora la mujer que los asistía en casa se ha ido por el hecho de que no aguanta su mal genio. Mathías, sin saber que más hacer, decide encargar una novia por correo a fin de que le asista con la casa y sea una buena madre para los pequeños, mas nunca se imaginó localizar en su puerta a una mujer como Lissi Drum, una chavala bella, con un cuerpo de diosa y un semblante dulce que apenas le sonríe causa un efecto en él, que nunca pensó regresar a sentir. El inconveniente es que una mujer como , no duraría ni medio día en esas tierras salvajes y duras. Las mujeres allá, precisan ser fuertes, no frágiles como . ¿Admitirían devoluciones en esa agencia?