Vivir sin agobio. Desarrollo personal y laboral. Desde hace múltiples años hemos escuchado charlar sobre un tema muy de moda: el “estrés” mas ¿sabemos verdaderamente qué es el agobio y hasta dónde nos puede afectar? El agobio, en ciertos casos, marcha como estimulante por las condiciones que demanda vivir. Para ciertos especialistas, el manejo eficiente da la motivación que lleva a superar los obstáculos que interfieren en el logro de las metas y objetivos propios; sin embargo, su presencia pone en riesgo el bienestar personal debido a las condiciones propias de sus trastornos y efectos. Lo más esencial, en estos casos, es sostener el equilibrio y amoldar nuestros recursos a las demandas del ambiente, con la meta de prever situaciones amenazantes para nuestra dicha como lo son: la salud, seguridad, estima personal y sobre todo, el equilibrio mental. Lo invitamos a conocer más a fondo sobre este esencial tema que sin duda nos preocupa a todos. ¿Qué es el agobio? La palabra agobio se deriva del heleno stringere, que significa provocar tensión. Se utiliza por vez primera alrededor del siglo XIV. Desde entonces, a lo largo de muchos años, el palabra se empleó en textos en inglés con numerosas variaciones, como stress, stresse, strest, e incluso straisse. La utilización actual del término inglés “stress” castellanizado como agobio, significa: presión, impulso, responsabilidad, sobrecarga, tensión. Este término se debe al doctor Hans Selye (mil novecientos treinta y seis), endocrinólogo de la Universidad de la ciudad de Montreal. Sus investigaciones formaron las primeras aportaciones signif­icativas al estudio del agobio y sentaron las bases para realizar investigaciones, todavía hoy en día. Significado del término: Diríase que procede de la física y la arquitectura y se refiere por fuerza que se aplica a un objeto, que puede desfigurarlo o bien romperlo. En sicología, el término acostumbra a hacer referencia a determinados sucesos en los que nos hallamos con situaciones que implican demandas fuertes para el individuo, que pueden agotar sus recursos de afrontamiento. Asimismo diríase que el agobio consiste en reacciones “arcaicas”, puesto que preparan el organismo de los individuos para la riña o bien la escapada, o sea, para el ejercicio físico. Era la contestación conveniente cuando el hombre prehistórico debía enfrentarse a una manada de lobos. En estos tiempos, esta no sería una contestación conveniente en el momento en que nos debemos esmerar para amoldarnos a turnos alterables, labores muy monótonas y fragmentarias o bien a clientes del servicio exageradamente exigentes. Resumiendo, el agobio se aplica a las presiones que las personas tienen en su vida diaria, es producto de la acumulación de tensión física o bien sicológica. En este proceso participan prácticamente todos los órganos y funciones del cuerpo, incluidos cerebro, nervios, corazón, digestión, función muscular y otras. El agobio no es algo malo en sí, al revés, facilita el contar con de más recursos para hacer en frente de situaciones inusuales de la vida. ¿De qué forma se genera el agobio? Factores que pueden generar el estrés: Estímulos externos: Inconvenientes económicos. Familiares. Exceso de trabajo. Miedo, entre otros muchos. Estímulos internos: son propios del organismo Dolor. Enfermedad. Sentimientos de inferioridad. Inconvenientes sicológicos, entre otros muchos. Géneros de estrés: Agobio físico, es producido por: El desarrollo de una enfermedad. Traumas. Embarazo, entre otros muchos. Agobio mental, es aquel que se genera por: Angustias. Preocupaciones. En general estas se dan por distintas situaciones en el campo económico, cariñoso o bien inconvenientes laborales, entre otros muchos. El agobio puede producir un resultado positivo o bien negativo, el positivo es la energía que motiva a las personas para hacer diferentes cosas y el negativo es el que genera daño a nuestro organismo