Z Sides está compuesta por 7 relatos muy diferentes entre sí, si bien en todos encontraremos los elementos habituales del género, algo que a pesar de que inevitablemente nos lleva a preguntarnos si queda algo por inventar en la literatura z, no supone un obstáculo para gozarlos, merced a su calidad narrativa y al estilo que prevalece, muy visual y cinematográfico, con lo que resulta una lectura ligera y entretenida. SUMARIO: doce Horas: Infección, de José García Montón: Muy en la línea de The Walking Dead, nos describe no solo el comienzo de la pandemia desde la perspectiva de un paciente de un centro de salud, sino procura hacernos dudar de lo que leemos, con un final abierto en el que cada quien va a decidir qué es lo que ocurre ahora. Noche vieja zombi, de Paqui García: Y proseguimos con los centros de salud y los servicios de urgencias, que van a ver como el turno a la noche se dificulta hasta niveles impensables en una data tan señalada. Excusa si no te atienden al teléfono... No es solo que las líneas estén saturadas: es que ya no queda absolutamente nadie vivo que te pueda asistir. Follé con ella, de Franco DiMerda: El relato más anormal, mordaz y pasado de vueltas de toda la antología y una fiero crítica social a la situación que vive España en nuestros días. Divertidísimo, si eres capaz de cogerle el punto a su premisa. ¿Qué harías , si en la mitad del apocalipsis encontraras zombificada a tu fantasía sexual de siempre y no tuvieses que rendir cuentas a absolutamente nadie? Aztlán, de Jesús Valenzuela: Un evidente homenaje a Max Brooks y su fantástica WWZ. Un relato en el que imitando una entrevista,se nos dejará conocer de primera mano la experiencia de subsistir al apocalipsis. Pese a que me ha agradado, el resultado final se ve con seriedad perjudicado por la manera tan especial en la que está escrita. Declaración, de la ciudad de Santiago Sánchez Pérez: Con una concepción afín a la del relato precedente, esta vez es un interrogatorio en vez de una entrevista, Santiago soluciona con un estilo impecable la manera de contar, punto flaco de Aztlán. ¿Conocéis la historia legendaria de la ciudad de Los Ángeles de Mons? El fin (Segundos), de Luis Joel Cortez: Un relato compuesto por múltiples historias, por diferentes personajes y escenarios, que se empieza con el homicidio de una pequeña devorada a manos de su padre y que acaba mostrándonos como la plaga es solo una parte de un astuto plan, fruto de una psique fría, atroz, enferma y desquiciada, que ha calculado todo al milímetro y que conocía las consecuencias de ello. Es la primera obra de Luis, cuando menos que sepa, y se patentizan los fallos y la carencia de tablas de alguien más experimentado, mas incluso con todo, consigue resultar airoso con su historia. Cristina Z, de Josefa González Cuesta: El relato que cierra la antología y que ha sido uno de los que más me han agradado. Bajo la premisa de haber encontrado las causas que convierten a los humanos en fallecidos vivientes y una cura para esto, Josefa teje una historia tan intensa como profunda, que nos va a hacer reconsiderarnos sobre todo cuanto sabemos sobre los zombies y sobre que es en suma, aquello que significa el término de humanidad