Abre el melón – José L. Menéndez De qué forma te puede asistir el entrenamiento a lograr tus metas «Todo lo que deseabas saber sobre el entrenamiento, mas no sabías a quién preguntar» Admiro la dificultad del pensamiento y su potencial, como la belleza de su laberinto misterioso. Me pregunto: ¿dónde se encuentra el límite, si existe, del pensamiento humano? ¿Por qué razón ciertas personas son capaces de transformar un pensamiento impensable, de entrada, realmente y otras tan solo alcanzan a verlo en el «melón»? Hacer realidad un pensamiento, una idea o bien un sueño es una parte del juego de la vida. Todos y cada uno de los juegos requieren o bien demandan de cada uno de ellos de nosotros estrategias, osadía, reflexión, voluntad, constancia. Ciertos humanos consiguen jugar tal y como si fuera un pasatiempo y otros pasar el tiempo tal y como si fuera un juego, mas todos precisan de ciertas armas para extraer lo mejor de sí. La acción sin visión tiene una vida corta. La visión sin acción es tan solo un sueño, o bien aun una pesadilla. Debe tener un sentido, una razón de ser, en caso contrario puede llevar al caos y, consecuentemente, al agotamiento y a la frustración. La acción dirigida cara un fin, cara una meta, comporta la materialización del pensamiento, la obtención de los deSeos y la satisfacción del . Doy testimonio, y en esto vamos a estar todos conforme, de que uno no sale indemne siempre y en toda circunstancia en todos y cada intento, pero: «Así es la vida de esta manera son /os pensamientos y acciones que tomamos y no tomamos». Nuestro cerebro nos guía y nos pierde, nos delata y nos resguarda, nos empuja y nos detiene, se quiera o bien no, nos ofrece una minúscula porción de lo que es capaz de descubrir. Hemos de ser siendo conscientes de cada uno de ellos de nuestros actos con sus aciertos y desaciertos. Mastiquemos la experiencia y exprimamos el pensamiento con el objetivo de englobar lo inabarcable y lograr lo inaccesible. Todo esto me hace rememorar un simple y fácil hecho rutinario que ocurría en mi hogar ya hace más de veinte años, y que, en determinada medida, se semeja a esta sinuosa reflexión y lúcida en mí una sonrisa, puesto que la vida y mis pensamientos me han llevado hasta donde estoy ahora, trabajando con las psiques de otros humanos, ayudándoles a plasmar esas ideas, esos sueños, esos pensamientos que llevan dentro y que, por alguna razón incoherente, no fueron capaces de transformarlos realmente hasta el momento en que se abrieron al entrenamiento. Abre o/melón no es una historia del entrenamiento, ni tan siquiera un preámbulo a este libro, es tan solo una metáfora fácil que brotó de un pensamiento, que por su parte brotó de otro pensamiento, que por su parte brotó de otro pensamiento…, y que se transformó realmente el día en que «abrí» mi «melón». Por ende, «abre» tu «melón» y mira a ver qué hallas y qué puedes hacer con lo que hay dentro