Darwin Y La Evolucion Paul StrathernEn nuestros días el término de evolución semeja algo tan evidente que es bastante difícil concebir la aparición del planeta sin él. Darwin ha corrido la fortuna que desease para sí Freud, que dijo: “Espero que cualquier día la gente se pregunte: ¿Qué tenía de particular ese Freud? Todo cuanto afirmó era de manera perfecta obvio”. Por otro lado (como ocurre con Freud) cuando las ideas de Darwin se examinan pausadamente, pueden parecer poco científicas o bien aun carentes de significado. Al fin y al cabo, “la supervivencia del más apto» no significa más que “la supervivencia de los que sobreviven”.En cualquier caso, es indiscutible que Darwin es de los pocos pensadores que han alterado por completo nuestra concepción de nosotros mismos y del planeta que nos circunda. Tras él, nada sería de nuevo igual, y no habría retorno posible. Tras Darwin, el hombre dejó por siempre de ser una especie privilegiada.Darwin llegó al final de la revolución que empezó en el siglo XVI con Copérnico. La Tierra viraba alrededor del Sol: ya no éramos el centro del Cosmos. Más significativo todavía, se descubrió que las leyes científicas eran aplicables a los cielos.(Hasta ese momento se pensaba que solo servían para la Tierra.) Darwin completó esta revolución mostrando de qué manera la ciencia se aplica aun a la vida misma. Todo era científico, y la humanidad no era ya el centro de nada, solo otra especie en un proceso científico en evolución. Al comienzo esto era inadmisible y escandaloso, pues minaba nuestra idea misma de lo que éramos. Mas los humanos son criaturas resistentes: no en balde los factores genéticos de los que son resultado han durado 5 mil millones de años. Contra lo aguardado, este autoconocimiento no nos ha reducido a “autómatas científicos”. Del mismo modo que el hombre que nos metió en esta situación, continuamos “humanos, demasiado humanos”.Lenguaje: De España