Década de la educación para la sostenibilidad – Amparo Vilches Temas de acción clave El 1 de enero de dos mil cinco se empezó el Decenio de la Educación para el Desarrollo Sustentable, instituido por Naciones Unidas (Resolución 57/254) como un llamamiento a los educadores de todas y cada una áreas y niveles, tanto de la educación formal (desde la Escuela Primaria a la Universidad) como informal (muSeos, media…), a fin de que contribuyamos a formar ciudadanas y ciudadanos siendo conscientes de los inconvenientes asociado ambientales a los que se encara el día de hoy la humanidad y dispuestos para participar en la toma de resoluciones fundamentadas para hacerles frente. La creciente gravedad de la situación, forzaba ya, a inicios de los años noventa, a charlar de una urgencia planetaria (Bybee, mil novecientos noventa y uno), marcada por una serie de inconvenientes de manera estrecha relacionados y que se fortalecen mutuamente: una polución que da sitio a un peligroso cambio climático y a la humillación de todos y cada uno de los ecosistemas; el agotamiento de recursos vitales; el desarrollo incontrolado de la población mundial sobre la capacidad de carga del planeta; desequilibrios insostenibles, con un quinto de la humanidad que consume en demasía y otra quinta parte que padece una pobreza extrema; enfrentamientos destructores asociados a dichos desequilibrios; la pérdida de diversidad biológica y cultural, etcétera Mas a ello se une, a Dios gracias, el convencimiento (avalado por las aportaciones de abundantes especialistas y también instituciones) de que aún es posible hacer en frente de esta situación, si se adoptan con emergencia las medidas convenientes, lo que por su parte demanda la creación de un tiempo social capaz de entender, admitir y también impulsar dichas medidas (tecno científicas, educativas y políticas). La necesidad de dedicar una década a esta labor responde a la constatación de la escasa eficiencia que habían tenido llamamientos precedentes, más puntuales, a pesar de los sacrificios de la comunidad científica y de la Educación Ambiental. Ello hizo ver que se precisaba una acción intensa y continuada de capacitación ciudadana para vencer serias resistencias, fruto del desconocimiento, de la inercia y de miopes intereses particulares en un corto plazo (Vilches et al., dos mil ocho). Una década aparecía, como un tiempo mínimo para arrancar los cambios extendidos de actitudes y comportamientos precisos para hacer posible un futuro sustentable. Y aparecía, por su parte, como un tiempo compatible con la emergencia que demanda la gravedad de la situación. Pues, como han advertido los estudios más autorizados, como el IV informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, dos mil siete), en el que resalta el espacio concedido a las medidas mitigadoras, aún estamos a tiempo… mas es urgente actuar. Es urgente actuar con una pluralidad de acciones ordenadas para hacer frente al conjunto de inconvenientes puesto que, dada su vinculación, el olvido de alguno de ellos puede impedir la solución de los