Educación financiera: Desafíos y lecciones Últimamente, se observa en el planeta un insólito interés por la educación financiera. De esta manera, no es coincidencia que buena parte de los documentos escritos sean nuevos ni que los programas sobre educación financiera hayan comenzado a tomar fuerza en los últimos tiempos. Este interés coincide en parte con la crisis financiera internacional, cuyos primeros síntomas se hicieron perceptibles en el año dos mil siete. No obstante, es esencial indicar que la educación financiera no solo ha cobrado relevancia en los países ricos, donde se ha producido la crisis financiera, sino más bien asimismo en los pobres donde se piensa que sus impactos pueden ser más asoladores. En este último caso el interés comenzó a inicios de esta década, probablemente como uno más de los sacrificios efectuados con recursos de la colaboración destinados a facilitar el acceso de los pobres a micropréstamo. La crisis financiera mundial resultó en buena medida por un desconocimiento por la parte de los tomadores de crédito “subprime” sobre las condiciones que regían en sus contratos firmados con los bancos, y por otra, de inversores que ignoraban las peculiaridades de los instrumentos bursátiles comprados, producidos desde dichos créditos. La premisa es que la educación financiera puede reducir las asimetrías de información entre mediadores y usuarios financieros. El desarrollo en número de IMF y el desarrollo alcanzado por ciertas de ellas que muestran una tendencia a diversificar productos (microseguros, microahorro, trasferencias, entre otros muchos) y emplear canales novedosos (corresponsables no bancarios y banca móvil), y que solo van a poder ser explotados desde la generación de mayor conocimiento y el desarrollo de habilidades de su conjunto meta (Sebstad y Cohen, dos mil tres). Por su parte, la expansión de las IMF en el planeta ha traído consigo inconvenientes de sobreendeudamiento y de una creciente falta de trasparencia en el mercado, que demandan con emergencia no solo de mejores sistemas de defensa del consumidor, sino más bien asimismo de clientes del servicio mejor informados. El documento empieza con la definición de educación financiera, sigue con el análisis de las causas que han impulsado un interés creciente en el planeta por la educación financiera, entonces examina ciertos programas más representativos clasificándolos por edad, conforme sean para adultos, jóvenes o bien pequeños. Desde estas experiencias se identifican esenciales lecciones para enfrentar los desafíos que representa llegar con un programa de esta naturaleza a gente pobre. Más tarde, se plantean ciertas medidas para enfrentar el reto mayor, el diseño de un programa de educación financiera que sea masivo. Para finalizar, examina los resultados de investigación relevante tanto de practicantes como académicos sobre la materia