"Me planteo contar en esta obra la aciaga historia de Gilíes de Rais, un humano preternatural que en su tránsito por esta tierra consiguió tantas distinciones que le transformaron en uno de los personajes más influyentes de cuantos cabalgaban en la Francia de la primera mitad del siglo xv. Sin embargo, sus títulos y grandiosidad no le impidieron cometer terribles crímenes contra la humanidad que, al final, aseguraron para él un sitio en el infierno." De este modo empieza El mariscal de las tinieblas, obra en la que Juan Antonio Cebrián, directivo del popular programa La Rosa de los Vientos en Onda Cero Radio, aborda, con su frecuente agilidad narrativa y su instinto periodístico, la historia de esta figura mítica, asesino, necromante con desvarios alquimistas, sicópata, necrófilo y pederasta, en la que se fundamentó Hables Perrault para su legendario personaje de Barba Azul. No obstante, hubo un tiempo en que este fiero delincuente anduvo al lado de Juana de Arco, Doncella de Orleans y protectora de Francia, por un territorio asolado por la guerra de los 100 Años, como su escolta y protector. A causa de su horrible muerte en la fogata, este precioso joven, que sentía por ella una intrigante atracción jamás confesada, se desequilibró de tal forma que terminó dando brida a sus más ocultas fantasías sexuales en orgías de sangre y maldad cuyos ecos han llegado hasta nuestros días. Actualmente, ciertos historiadores han tratado de rehabilitar su imagen recordando de qué manera, merced a sus méritos en el campo de batalla y a su amor por la pureza encarnada en la figura de Juana de Arco, logró fijar la flor de lis en su blasón. Un símbolo que quedó deshonrado al teñirse con la sangre de sus innumerables víctimas. Y es que, en palabras de Juan Antonio Cebrián, "fue mariscal, de eso no hay duda, mas no de la luz, sino más bien de las tinieblas. En ellas se hallará ahora"