"El Amor es un no sé qué que comienza no se sabe de qué forma y acaba no se sabe en qué momento". Esta oración de una dama francesa del siglo XVIII es, en mi opinión, una de las más atinadas definiciones del amor. Y lo sería plenamente si no fuera por su última parte. "Cuando se ama no se considera que aquel sentimiento pueda concluir. Y en ocasiones sí, acaba. Aquello que habíamos imaginado eterno tiene, como otras cosas, un final. Mas ¿realmente es de esta manera? Creo que el enamorado, el que siente la pasión de querer hasta lo más oculto del corazón, hasta los tuétanos, prosigue amando. El amor se lleva en sí y es tal la fuerza del amor que es simple que, tras su muerte aparente, brote, con más ímpetu, aplicado a otro ser". Este libro que tienes en tus manos, amigo lector, habla de amores espirituales y platónicos, otros puramente carnales y ciertos sencillamente prostituidos. Mas el amores tan hermoso que aun sus sucedáneos son preciosos." (Del prólogo del autor.)Éstas son las historias amorosas incluidas en el volumen: treinta a. J.C: Cleopatra, la amante exótica. 17: Ovidio, maestro de amantes. 1217: Los Amantes de Teruel. 1285: Paolo y Francesca, los amantes dantescos. 1355: Marino Fallero, dux de Venecia. 1357: Reinar tras fallecer." 1555: Juana la Desquiciada, ¿insensatez de amor o bien de celos? 1707: Madame de Montespan y la magia negra. 1764: La marquesa de Pompadour, amante y alcahueta real. 1776: Julia de Lespinasse o bien fallecer de amor. 1782: Los supuestos amores del virrey Amat y su curioso matrimonio. 1815: Lady Hamilton o bien las mudanzas de la suerte. 1817: Maria Walewska, la amante de Napoleón. 1835: Teresa Cabarrús, una de España en la Revolución francesa. 1848: La dama de las camelias. 1889: La desgracia de Mayerling. 1898: Sisí, el drama de una emperatriz. 1899: La condesa de Castiglione, la amante presumida. 1987: Juan y María