Locos en el poder, de ellos trata este libro. No de de qué manera el poder aloquece o bien pierde a los individuos, sino más bien de los gobernantes perjudicados por variadas psicopatologías, los llamados reyes locos. Vivian Green plantea un emocionante recorrido por las desquiciadas vidas públicas y privadas de reyes y gobernantes, y nos ofrece una atrayente galería de excentricidades y escándalos, frecuentemente teñidos de la más horrible atrocidad. Entre ellos, los más insignes locos de entre los emperadores romanos (Calígula, Tiberio, Nerón, Heliogábalo); la Edad Media inglesa con Juan Sin Tierra sádico y también inestable el desdichado Eduardo II, Ricardo II y el rey beato Enrique VI; una imperdible serie de tontos y trastornados entre los monarcas españoles; los osos rusos Iván el Horrible y Pedro el Grande; el decadente Juan Gastón, último de los Medici; Enrique VIII y el loco Jorge IV de Inglaterra; Cristián VII de Dinamarca, excéntrico y violento, y el enorme Luis II de Baviera. Patéticos, locos, neuróticos son los líderes políticos escogidos del siglo XX: Stalin, Wilson, Churchill, Hitler, Mussolini, Mackenzie King. Ciertos eran extraños por ser cultos, homosexuales o bien bisexuales; otros, verdaderos enclenques mentales, fueron el producto de una prolongada práctica endogámica; otros, inestables psíquicamente, tomaron el poder como medio de satisfacer sus frustraciones. Insensatez, razón de Estado, excentricidad multiplicada por la impunidad, malos, malvados, libertinos, enfermos hereditarios: el libro de Green nos devuelve imágenes tremendas, indecentes o bien entretenidas, siempre y en toda circunstancia perturbadoras, de esa galería de poderosos, recónditos y próximos en el tiempo. Y nos deja la pregunta sobre cuánto afectaron los trastornos personales su desempeño político. Pregunta que, por otra parte, se puede proponer el día de hoy a varios gobernantes en apariencia sanos