Los hijos y los limites – Jaime BarylkoJaime Barylko (Buenos Aires, 1936Buenos Aires, veinticuatro de diciembre de dos mil dos), fue un escritor, ensayista y pedagogo argentino. Barylko fue un especialista en religiones equiparadas y entre sus obras se resaltan “Filosofía judía”, “Introducción al judaísmo”, “El significado de la creación” y “La filosofía de Maimónides”.Fue además de esto autor de abundantes libros, entre ellos “Cómo ser persona en tiempos de crisis”, “Cábala de la luz”, “El hombre que está solo y no espera”, “Valores y las virtudes”, “Sabiduría de bolsillo”, “Para quererte mejor” y “En busca de uno mismo”, “El temor a los hijos”, “En busca de los valores perdidos”, “La filosofía, una convidación a pensar”, “Etica para argentinos”, “Yo y , un mundo”, y “La revolución educativa”, entre otros muchos.En su libro “Los hijos y la religión” (dos mil), Barylko plantea la integración de la enseñanza religiosa como una materia del tercer año de la enseñanza secundaria, para instruir exactamente en qué consisten las grandes religiones del planeta y los principios que se pueden tomar de cada una de ellas para aplicarlos en la vida rutinaria.[1] Por tal razón el Arzobispado de la ciudad de Buenos Aires lo premió en el mes de septiembre de dos mil dos con el Premio Enseñar.En “El temor a los hijos” (mil novecientos noventa y dos) Barylko enfrenta el inconveniente de la anomia en la juventud argentina. Tomando la figura del escritor Franz Kafka y la imagen sátrapa de su padre, el creador salva que por lo menos Kafka tenía un padre al quien aborrecer mas que en ciertas ocasiones asimismo acostumbraba a portarse como un padre cariñoso con su hijo; los pequeños argentinos de clase media de fines del siglo veinte, a quienes Barylko trató, medraban completamente solos, sin la presencia de los progenitores que debían trabajar todo el día para brindar a sus hijos todo género de recursos materiales, mas desatendiendo su rol de progenitores y educadores.Sobre Los hijos y los límites: ¿Exactamente en qué consisten los límites? En eso, en delimitaciones del camino, en cercos protectores, en marcos contenedores y referenciales. No son un fin en sí, son un instrumento para efectuar fines. Cuando están uno puede actuar y seleccionar. Hasta, si desea, puede salirse del camino. Asimismo para salirse hay que conocer los límites. Eso: los límites son a fin de que pueda haber libertad. Justamente lo opuesto de lo que podría pensarse: no cer¬cenan la libertad, la dan. Las rayas no son el camino, el camino está entre ellas, y en ese estar entre ellas puedes seleccionar el ritmo, el movimiento, el desplazamiento, la velocidad, el rumbo, el qué, el en qué momento, el de qué forma, y si deseas dejas de moverte, te detienes, y todo cuanto tu fecunda imaginación te plantee. Lo puedes efectuar sabiendo qué va adentro y qué va afuera de esos límites, de esas rayas. Y escoges. Esa es tu libertad, y la tienes pues tienes límites