Mil Dolores Pequeños Coloma Fernandez Armero Ona ha dedicado tanta energía a preservar un amor que se le escapa, que ni tan siquiera sabe quién es ni cuál es su lugar en el planeta. Cuando escape a N. York se encarará a sí, por vez primera en un buen tiempo. Allá descubrirá a una Ona ignota, capaz de zambullirse en las situaciones más desconcertantes y salir de ellas, en ocasiones más airosa que otras. Una mujer viaja de la capital de España a N. York, donde piensa pasar 3 meses para olvidar un amor al que ha dedicado diez años de su vida. La herida de Ona es tan profunda, que deberá esmerarse considerablemente más de lo que suponía para salir adelante: volar no es tan fácil como coger un aeroplano. No obstante, Ona está en la urbe donde todo es posible, donde basta bajar a la lavandería para zambullirse en el lejano oriente, o bien cruzar el umbral para conocer a un líder con rasgos psicóticos. En la ciudad de Nueva York, Ona deberá salir de sí si bien no desee, si bien le duela, mientras que contempla de qué forma pintorescos personajes se cruzan en su camino. Los sentimientos y también impresiones más íntimos de Ona van dibujando con trazos sutiles la historia de un enorme amor que ha terminado, por mucho que se niegue a admitirlo. Si bien solo quiere cobijarse entre las paredes del piso que ha alquilado, si bien solo halla fuerzas para rememorar palabras y también instantáneas que le duelen, Ona deberá rendirse a la insensatez y el trasiego neoyorkino. Deberá proseguir las reglas de una fauna urbana tan inestable como su psique, tan viva como su herida. Ona no sabe cara dónde pasea, mas sostiene el ritmo que le marca un cosmos imprevisible cuyos límites, por vez primera, solo puede trazar. Pues después de la ciudad de Nueva York, nada será de nuevo ya lo mismo