En "Mirrorshades" Bruce Sterling plantea un recorrido sobre el estilo ciberpunk mediante la lectura de múltiples autores del género. En la introducción Sterling plantea ciertos aspectos resaltables de esta clase de literatura. "A la inversa, y en abierta oposición, la tecnología es para los ciberpunkis algo visceral. Ya no es el genio de la botella de los inventores de la Gran Ciencia. Por el contrario, ahora es omnipresente y llamativamente íntima. No está fuera de nosotros, sino más bien dentro, bajo nuestra piel y.a menudo,en el interior de nuestra psique. La propia tecnología ha alterado. Ya no es para nosotros esas enormes maravillas que escupían vapor, como la presa Hoover, el Empire State Building o bien las centrales de energía nuclear. La tecnología de los ochenta se queja a la piel, responde al tacto: los ordenadores personales,los walkman de Sony, el móvil o bien las lentillas blandas. Algunos temas centrales aparecen habitualmente en el ciberpunk: el inconveniente de la invasión del cuerpo con miembros ortopédicos, circuitos implantados, cirugía plástica o bien perturbación genética. Afín y quizá todavía más poderosa es la invasión de la mente: interfaces psique computador, inteligencia artificial, neuroquímica... son técnicas que redefinen radicalmente la naturaleza humana, la naturaleza del . Como apuntó Norman Spinrad en su ensayo sobre el ciberpunk, muchas drogas,así como el rock and roll, son productos claramente tecnológicos. Ninguna contracultura del tipo Earth Mother nos ofreció el ácido lisérgico,sino que vino de los laboratorios Sandoz, y cuando se escapó corrió por la sociedad como un fuego incontrolable. Timothy Leary calificó los ordenadores personales como "el LSD de los ochenta " ; los dos representan tecnologías de un potencial aterrorizadoramente radical. Y, como semejantes,son elementos de referencia continua para el ciberpunk. Los ciberpunkis,al ser en sí híbridos, están maravillados por las zonas medias,las áreas donde,en palabras de Gibson, "la calle emplea las cosas a su modo ": son los sucios y también irresistibles grafitos callejeros, producto de ese instrumento industrial tradicional,el bote de spray;es el subversivo potencial de la impresora,de la fotocopiadora familiar y la música scratch, cuyos renovadores marginales transforman al propio giradiscos en un instrumento,generando la música arquetípica de los ochenta, donde el funk se halla con el procedimiento de collage de Burroughs. "Todo está en la mezcla " es cierto para una gran parte del arte de los ochenta,y de igual modo asimismo se puede aplicar al ciberpunk, como lo es al punk, la moda "retro " de entremezclar y acoplar, y a la grabación multipista. Los ochenta son una temporada de robustecimiento, de integración, de influencias hibridadas, de liberación de viejas nociones al sacudirlas y reinterpretarlas con una nueva sofisticación,desde una perspectiva más extensa. Los ciberpunkis procuran un punto de vista global y de gran alcance." "Los ciberpunkis son tal vez la primera generación de la ciencia ficción que ha crecido no solo con esta tradición literaria sino, además de esto, vive en un genuino planeta de ciencia ficción." (Bruce Sterling, Mirrorshades)