En esta historia épica de exterminio y supervivencia, Timothy Snyder presenta una nueva explicación de la enorme crueldad del siglo veinte, y revela los peligros a los que nos encaramos en el siglo veintiuno. En Tierras de sangre Timothy Snyder exploraba lo que ocurrió en Europa del Este entre mil novecientos treinta y tres y mil novecientos cuarenta y cinco cuando las políticas nacionalsocialista y soviética provocaron la muerte de unos 14 millones de personas. Basado en nuevas fuentes de Europa del Este y testimonios olvidados de supervivientes judíos, Tierra negra presenta un análisis profundo de las ideas y medidas que dejaron lo peor de esas políticas: el exterminio nacionalsocialista de los judíos. Este enfoque vanguardista de un crimen sin precedentes hace comprensible el Holocausto y, por lo tanto, todavía considerablemente más espantoso. El Holocausto empezó en la psique de Hitler, con la idea de que la supresión de los judíos restauraría el equilibrio del planeta y dejaría a los alemanes conseguir los recursos que precisaban desesperadamente. Esa cosmovisión solo podría efectuarse si Alemania destrozaba a otros Estados, con lo que el propósito de Hitler era una guerra colonial en la propia Europa. En las zonas sin Estado prácticamente todos los judíos murieron. Ciertas personas, los pocos justos, los asistieron sin apoyo alguno de instituciones. Las contrariedades prácticamente inmejorables a las que debieron enfrentarse confirman los riesgos que proponen la destrucción del Estado y el pavor ecológico. Tras examinar las lecciones del Holocausto, Snyder concluye que no hemos comprendido la modernidad y hemos puesto en riesgo el futuro. El siglo veintiuno está comenzando a parecerse a los primeros tiempos del siglo veinte, en tanto que la creciente preocupación por los comestibles y el agua lleva consigo retos ideológicos al orden global. Nuestro planeta es más similar al de Hitler de lo que nos agradaría aceptar y para salvarlo precisamos ver el Holocausto tal como fue, y a nosotros mismos como somos verdaderamente. Tierra negra nos revela un Holocausto que no solo es historia sino más bien advertencia