Transición de los principios metafísicos de la ciencia natural a la física (Opus postumum) Immanuel Kant Ya en mil novecientos veintinueve había señalado perspicazmente Ortega el hecho paradójico de que en las Críticas no radica la genuina filosofía de Kant, por la fácil razón de que Kant no llegó a tener una filosofía. De hecho, del Sistema de la filosofía trascendental no han quedado sino más bien fragmentos, pese a los renovados sacrificios del viejo pensador desde ya antes de mil setecientos noventa y seis hasta, prácticamente, su muerte. Pasmante monumento, poderoso recuerdo de este descalabro, la Transición de los principios metafísicos de la ciencia natural a la física, asimismo famosa más generalmente como Opus postumum, recoge y expone al unísono esos sacrificios. Libre, en forma digna, solo desde la edición diplomática de mil novecientos treinta y seis y mil novecientos treinta y ocho, el enorme amasijo de reflexiones se ha transformado desde ese momento en campo de batalla en donde se cruzan tiros procedentes de las más dispares situaciones filosóficas de nuestro siglo. La presente edición crítica de España, que solo tiene como precedente parcial la italiana de mil novecientos cincuenta y ocho, pretende solo adecentar un tanto el territorium a fin de que las dignas ruinas kantianas no sean abusivamente usadas como armas arrojadizas, sin haber ponderado anteriormente la resistencia y calidad de los materiales. Se ha procurado, puesto que, lanzar alguna luz sobre la selva obscura de las últimas meditaciones de un pensador cuyo aliento trágico comenzamos ahora a descubrir, y que de forma alternativa comprendía el jamás acabado proyecto como pieza maestra y como «suplicio de Tántalo». Libro imposible, pensamiento vivo y, en consecuencia, desgarrado, el Opus postumum es la obra abierta de un hombre que dedicó su vida a explicar académicamente por qué razón la vida es superior a la academia