La trama de la novela se cuenta muy rápido: una vez que un afeitado de las partes íntimas le saliese mal, Helen Memel, de dieciocho años, acaba con una grieta anal inficionada en el centro de salud. De forma explícita y sin tapujo alguno, Helen habla a lo largo de su estancia ahí sobre duchas anales, hemorroides, tampones elaborados por una misma, secreciones anatómicos y todo género de práctica sexual estrambótica. En otras palabras, sobre el placer de descubrir el propio cuerpo, sin escatimar en detalles. Tras ocasionarse una grieta anal por apurar su depilado íntimo, Helen, la adolescente protagonista de este relatoconfesión, se halla en la unidad de Medicina Interna, y mientras que espera examina aquellas zonas de su cuerpo que la opinión biempensante acostumbra a estimar poco propias. Pues a Helen la mueve una indomesticable curiosidad por sus recovecos y agujeros. De hecho, a la chica le agrada el sexo: a solas o bien en pareja; por vía anal, oral y vaginal, menstruando o bien con chocolate... Y el lector se deja contagiar por la risa de esta antiheroína moderna, que realiza sus traumas infantiles con un lenguaje fresco y trufado de guindas poéticas. Una primera novela trasgresora, equilibrada con humor y también ironía, que ha encabezado a lo largo de meses los rankings de venta alemanes y ha sido el primer libro del campo germano en lograr la cima de la lista mensual de bestsellers mundiales conforme Amazon, con más de un millón y medio de ejemplares vendidos y veinticinco traducciones. "Una incursión en los últimos tabúes de nuestra temporada" (Elsa Vigoureux, Nouvel Observateur); "Evoca la voz de Salinger en El guardián en el centeno, Crash y el ideario feminista de Germaine Greer en La mujer eunuco" (P. Oltermann, Granta)